Episode
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El inconformista y la revolución del sistema establecido: liderazgo para hombres que desafían la norma.
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Entiende la decadencia de la masculinidad moderna como tu elección y sello distintivo para triunfar.
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No eres tan bueno como crees, ni tan malo como te dicen; solo eres el hombre que construyes y eliges ser.
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Aprende a identificar y potenciar tus mejores y más valiosas habilidades para atraer a los clientes correctos.
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Los hombres tememos a la escasez, sobre todo en nuestros negocios, pues la asociamos con problemas.
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El mundo de los negocios contemporáneos precisa de hombres fuertes, decididos y arriesgados.
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La diferencia entre ser “un buen tipo” y ser bueno siendo un hombre marcará tu esquema, triunfos y fracasos.
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No serán los robots quienes arruinen tu negocio, sino el hombre inteligente que sepa cómo beneficiarse de ellos.
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Convierte tus objetivos en acciones y vence la procrastinación para mantenerte como un hombre ambicioso.
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Descubre las etapas cruciales para transformarte en un hombre autónomo e independiente.
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Descubre el arte de ser un hombre eficaz para tomar el control de tu productividad y avanzar con mayor eficiencia.
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Explora cómo la comodidad de la ignorancia puede frenar a los hombres emprendedores y cómo puedes superarla.
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Averigua por qué eres un hombre mejor de lo que imaginas, al confrontar tus inseguridades y poner en acción tu potencial.
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Descubre cómo adaptarte e innovar en un mundo impredecible. Acelera, y toma el control de tu vida y negocios.
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La hermandad masculina fortalece, la unidad triunfa y juntos, los hombres forjamos un éxito compartido, más divertido.
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En lugar de embarcarte en proezas imposibles para ayudar a todos, puedes revolucionar tu pequeña parte del mundo.
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Si no te mata, te hace más fuerte. Ser un hombre antifrágil, en vez de resiliente, te convierte en un yunque frente a lo inesperado.
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La fuerza de los hábitos y su impacto en tu identidad personal masculina te convierten en un hombre virtuoso.
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No pretendas anticiparte a los problemas; es mejor centrarte en destriparlos y superarlos en cuanto aparezcan.
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¿Quieres ser un titán en las negociaciones? Voy a mostrarte cómo compran y venden los hombres de negocios.
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¿Alguna vez te has preguntado qué se siente al vivir tu masculinidad al máximo y conquistar tu mundo?
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La inteligencia artificial está aquí, y representa un desafío sin precedentes para todos los hombres de negocios.
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Ser hombre implica destacar y triunfar en grupos de hombres más que en relaciones emotivas.
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El hombre que optimiza el tiempo le sobra dinero; el que persigue el dinero nunca tiene tiempo.
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La grandeza y la fragilidad del hombre te habla de cuán único e insignificante puedes llegar a ser.
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La ambición forja la grandeza del hombre. Sin ella, no hay logros representativos, progreso ni éxito.
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El objetivo no es ser un hombre inmune a los errores, sino ser capaz de soportarlos y superarlos.
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Un hombre sin claridad en sus metas, objetivos y propósitos está destinado a ser un espectador de sus resultados.
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La sociedad, durante siglos, nos marcó que debíamos ser hombres fuertes y líderes; ahora, nos oculta.
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Pocos hombres conocemos nuestros límites, o quizá subestimamos nuestro verdadero alcance.
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Ser un hombre exitoso en los negocios, no depende únicamente de saberte vender y saber vender.
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Te ganas (y mereces) el respeto de todos los hombres cuando comienzas por ganarte el respeto a ti mismo.
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Cuando un hombre ejecuta una tarea correcta a la vez, puede ser más productivo que dos hombres al revés.
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El poder de la determinación puede llevarte a lograr cualquier objetivo que elijas alcanzar o abandonar.
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El hombre vigilante es el hombre libre, porque al estar presente, puede conseguir lo que el dormido no ve.
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Algunos hombres parecen tener éxito en todo, mientras que otros parecen estar condenados, ¿qué los diferencia?
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La vulnerabilidad de un hombre es sinónimo de debilidad, así ahora te lo quieran vender como habilidad.
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La verdadera fortaleza de un hombre mezcla su capacidad para vencer la debilidad con la valentía de asumirla.
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Por qué integrar tu trabajo con tu vida personal, suele ser más exitoso que buscar un equilibrio entre ambos.
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Reconocer y respetar nuestra naturaleza masculina, nos vuelve menos frágiles, rencorosos y desgraciados.
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Por qué permanecer alerta y enfocado puede marcar la diferencia entre un hombre próspero y uno decadente.
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Sexto aniversario del pódcast, y una despedida lenta e inusual de los audios gratuitos.
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Ser bueno para ser hombre no puede personificarlo todo en tu vida, aunque ha de representar algo importante.
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Un hombre no precisa alardear para exhibir lo que sabe, el valor se demuestra con menos palabras.
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Un hombre que no ha ganado y perdido batallas, nunca podrá sobrepasar su propia cruzada.
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Cuanto más crece la confusión en la vida de un hombre, mayor es su necesidad de simplificarla.
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Si un hombre elige, y tu elección es seguir las elecciones de otro, quizás, estás en el mandato errado.
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Si tu calidad es inferior al importe pagado, eres un estafador y atraerás compradores enojados.
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No es tu recorrido pasado lo que te define como hombre, sino cómo lo empleas para redefinirte.
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La mente de un hombre fuerte, masculino e inteligente, puede involucionar por vehemente.
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El hombre que se rinde, difícilmente supera el intento fallido, en cambio, el que deja ir, aprovecha la caída.
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Potenciar tu virilidad con mejores códigos masculinos, puede hacerte un hombre más listo.
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Nos pensamos hombres sobresalientes, cuando solo estamos ocupados rindiendo como adolescentes.
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¿Cuánta hombría te queda cuando estás desnudo?, ¿cuán viril eres cuando estás arruinado y solitario?
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Respetamos al hombre extraordinario, al que puede asistirte con su lealtad y destruirte con su enemistad.
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Para el hombre que ignora sus paredes, el futuro es más simple, para el que las ve sin derribarlas, un calvario.
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El hombre que serás mañana es una extraña mezcla entre tu edición de niño y tu arquetipo de hoy.
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Cuando no aprecias lo que vendes, o diseñas soluciones que nadie valora, eres un expendedor de basura.
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Desconocer la narrativa detrás de los acontecimientos, te vuelve un hombre más frágil a lo inesperado.
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No es lo mismo un hombre atendido que uno respetado, ganar respeto, precisa admiración.
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No esperes fuego, demonios y tipos buscando huir, la penitencia de un hombre se disfraza de felicidad.
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Para ser sostenible, debes vender, para ser un hombre próspero, debes ser un salvador.
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Tu carga masculina se relaciona, en gran medida, de lo liado que vives y del contrapeso que arrastras.
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Las posesiones para un hombre valen más o menos su ego, y dependen de su conciencia e interpretación.
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La masculinidad fragilizada de un hombre «en el contexto adecuado» puede ser una bomba de tiempo.
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El hombre contemporáneo confunde libertad con comodidad, y felicidad con irresponsabilidad.
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El hombre inteligente no hace muchas más tareas, sino las necesarias para autosuperarse.
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El imaginario de ser el hombre vencedor puede tener diferentes lecturas, ¿la tuya te beneficia?
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Los proyectos que perduran, mezclan la tozudez de un hombre y el interés de otros más.
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Si el oro contemporáneo se llama «tiempo», ¿cómo es que su ausencia te hace sentir un hombre exitoso?
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El hombre perfecto es imperfecto, aunque no lo confundas con defectuoso, sumiso e inepto.
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Los sueños, las ideas diferentes y el brote constante de creatividad, ¿son propios de un hombre más joven?
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Ser un hombre inteligente va más de gestionarte a ti mismo y de ser capaz de resolver los desafíos.
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Eliges dónde y con quién caminas. Eliges qué, para qué y para quién hacerlo. Y sobre todo; cómo vivirlo.
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Con esconder tus instintos no se esfumarán; abrazarlos y potenciarlos puede venirte mejor.
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El potencial de un hombre se trunca, cuando su seguridad depende de la aprobación de alguien más.
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Lo que un hombre ve, es lo que cree que es, ¿quieres cambiarlo?, muda el lente con que lo ves.
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Cuando piensas en el hombre contrario a lo que eres, puede que te imagines a alguien diferente.
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Entregarte al aire, puede hacerte sentir un hombre libre, cuando es solo refrescante.
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El dinero de cualquier hombre es efímero, y en medio del consumismo; los juguetes son pasajeros.
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La marca personal masculina tiene más sustancia interior que presencia y sentencia exterior.
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Parte de nuestras frustraciones se enlazan con tus anhelos, entonces, ¿has cuestionado lo que deseas?
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Es mejor fracasar con tu propia creación que ser un hombre exitoso con la falsificación.
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Abrazar la simplicidad como parte de tu progreso, puede volverte un hombre más significativo.
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Reconocer referentes para sentirte un hombre superior, solo te volverá más mediocre.
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Usar todo el equipamiento del hombre más poderoso, no te volverá parecido a él ni te dará su poder.
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Tu impacto inmaterial forma parte de tu aporte positivo como hombre privilegiado.
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El hombre que no es capaz de elegir en qué centrar su atención, goza de un tiempo desvalorado.
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El hombre que se conquista a sí mismo, tiene poderes que ningún otro puede superar.
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Si lo que valoras como hombre exitoso se relaciona con superabundancia, el ganador es el marketing.
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Eres un hombre creativo cuando diseñas productos que tus clientes no sabían que necesitaban.
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Vivimos una era carente de valores, el hombre contemporáneo no sabe lo que es correcto y lo que no.
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Cuando eres un inútil te desprecian y cuando eres un hombre más inteligente te odian, ¿entonces?
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Si la vida de un hombre se centra en perseguir lo que quiere, ¿y tú no sabes lo que quieres?
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Los hombres brillantes tienen negocios más prósperos, significativos y fáciles de gestionar.
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El hombre que no cree en sí mismo, es un desperdicio humano destinado al fracaso perenne.
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Tus dispositivos te vuelven un hombre poderoso o un tarado, depende de tus usos aplicados.
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El hombre que no está dispuesto a cambiar sus opiniones, no está preparado para progresar.
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Crear un pequeño negocio, emprender nuevas ideas o ser un mejor hombre, requiere de pasión.
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Actualizar, digitalizar, automatizar y simplificar tu productividad, es solo el comienzo del desafío digital.
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Imagina un avatar más avanzado de ti mismo, unos tres o cinco años después de tu versión actual.
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Ser más creativo para ayudar a tus clientes es un plan vencedor; si tu motor es la creación.
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Eres tan mediocre como tu mentalidad te limite y tan poderoso como tus habilidades te lo permiten.
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Eres un hombre «desigual» por defecto y lo diferente irrumpe, entonces, ¿por qué buscas igualarte?
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Ser un hombre invariable, siquiera te da los mismos resultados, en realidad, te hace retroceder.