Dosis de «empatía» para un hombre

A veces miras tu horizonte y no reconoces señales, en otras no quieres aceptar lo que ves, y te haces el loco.

Y cuando el entorno es tan ruidoso, no sabes siquiera para donde mirar, entonces prefieres simplemente hacer lo que hacen los demás hombres.

Si me sigues desde años anteriores ya sabes que soy más bien un aguafiestas (grinch), por la connotación comercial de este día.

Aunque compartir espacios impartidos por otros no siempre es lo peor, vivimos en una era en la que pareciera que cualquier movimiento involuntario te convierte en un zombi descerebrado.

Sin embargo, hay momentos en los que dejarte llevar puede darte la oportunidad de vivir, precisamente una experiencia diferente como un hombre más empático.

Y así como algunas veces te debes obligar a hacer cosas que no quieres hacer e indistintamente de lo que creas y de lo que sea para ti la Navidad, mi mensaje para ti es que cuando no sea claro tu horizonte:

Oblígate a sonreír, a pasártela bien y disfrutar de un presente que jamás se repetirá. Un poco de empatía por los que te aman, nunca está de más.

Un fuerte abrazo, y gracias por continuar conmigo en este recorrido.