Los patrones en tu comportamiento son más peligrosos que tus proyectos más arriesgados.
Odiamos las reglas, nos fastidia que alguien más quiera controlar o definir lo que podemos o dejamos de hacer.
Así mismo, odiamos el cambio cuando viene impuesto por otros, sin embargo, ¿qué pasa si las reglas vienen de ti?
Bueno, por mi experiencia, aunque asumes tus propias reglas con una actitud menos agresiva, de todos modos las ves como algo que va en detrimento de tu libertad, desatando más cuestionamientos.
¿Qué entiendes por ser un hombre libre?, porque si mudas esa creencia a tu capacidad de elegir lo más conveniente (primero para ti) y luego para los que te acompañan en tu viaje, entonces, verás las reglas de otro modo, quizá, ¿un poco más convenientes?
Rompe el guion obsoleto ¡Crea tu código secreto!
Renzo D’Angelo
Ahora, y aquí no acaba el juego, porque debes responderte, ¿qué es una regla conveniente?, si lo entiendes y lo abrazas entonces te será más fácil diseñar y cumplir patrones avanzados.
Me gusta ver mis propias reglas como mis hábitos, incluso, puede que un hábito en su esencia es «inicialmente» una regla (serie de reglas) que luego ejecutas en secuencia.
Por lo que así como lo que diferencia un buen hábito de uno malo, es que el primero te ayuda y te acerca a tu objetivo, el malo te aleja de tu misión, volviéndola más compleja y en muchos casos, ¡imposible!
Por eso, siguiendo este símil, así como los hábitos que te convienen son los que te vuelven un hombre más asertivo; las reglas convenientes serán las que potencien tus capacidades y te ayuden a explotar tu versión avanzada, tu versión de hombre prémium.
Entonces, ¿qué esperas para eliminar tus reglas frágiles y rediseñar unas que te vuelvan un hombre más poderoso?
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