El hombre que no cree en sí mismo, es un desperdicio humano destinado al fracaso perenne.
Has escuchado sobre el poder de la mente, ¿verdad?, lo que quiere decir, es que tu mente define el hombre que eres, logras y ven los demás.
Tu mente es tan poderosa que puede hacerte soportar el dolor más profundo, al igual que sumergirte en la enfermedad más estúpida autoinfligida.
Y la diferencia entre lo bueno o malo que puedes lograr con tu mente, radica en lo que crees que puedes y lo que no, en pocas palabras, tu autoidentidad y valía.
Si crees que eres un tipo bruto, no seré quien te cuestione, si te crees un superhombre tampoco, porque eres tú (y tu mente) quien crea, cree y elige lo real.
Lo cierto es, que cuando valoras tus puntos fuertes sin ignorar los débiles, es cuando te vuelves un hombre poderoso.
Y eso hace que tu ego masculino se mantenga bajo tu control, el miedo sea tu aliado, y entonces, como crees en ti, no necesitas convencer a nadie de tu poder.
No precisas de la aprobación de otros para avanzar, y en consecuencia, esos demás, que ya no son determinantes en tus pasos, te acepten y admiren sin ser eso, algo que te importe.
Entonces, dependiendo de lo que crees sobre ti, y el poder que le des a tu mente a través de tu mentalidad avanzada, podrás lograr o no, hacer realidad todo lo que te propongas.
¡No hay más!; las ideas, estrategias, hábitos y acciones dependerán de esas creencias, por eso, creer te da un vigor permanente.
Bien dicen que «La mente es como un músculo: cuanto más la ejercitas, más fuerte se vuelve y más se puede expandir».
¿Qué estás haciendo ahora para que creer en ti te vigorice?
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