Esperar para prosperar

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Esperar para prosperar
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Asumes que un hombre próspero tiene que ver con posesiones, y la prosperidad con el paso del tiempo.

Ahora, ¿qué pasa si no debes esperar para prosperar?, ¿y sobran las posesiones para ser un hombre próspero?

Me gusta ver los juguetes como una carga, ¡no todos!, sino los que no me hacen un hombre grande.

Aunque sé que para la mayoría de hombres no es así, pues en un entorno consumista, las cosas son trofeos, indicadores de tu éxito y validadores de tu ego y autoestima.

Impidiéndote ver que para triunfar con tu marca y negocio personal, puede bastar con mejorar un poco cada día.

Por eso, asumimos que el progreso es crecer, y que la expansión requiere de más posesiones, dinero, influencia y sobre todo; reconocimiento.

Pensando así estamos equivocados en casi todo, porque aunque los demás reconozcan tu progreso y eso te sople el ego para accionar en lo que te aprueban.

Puedes relacionar variables no vinculadas, y por las creencias limitantes de los que te «validan» quedarte atascado en sus deseos.

No digo que te vuelvas un bicho raro y no esperes nada de nadie. Pasa, que en esas expectativas es donde radican tus decepciones, angustias, complejos y fracasos.

Esperar te invalida, esperar te disminuye, esperar te vuelve un hombre sin identidad, creatividad y valor para asumir riesgos y conseguir tus propios objetivos. Así que ni debes esperar para prosperar, ni prosperar para esperar más.

Avanza con tu criterio, inteligencia y autoevaluación, y si quieres cuestionar, que sea tu modo de pensar, lo que esperas de tus esfuerzos y los talentos que emplearás en el proceso.

Piensa que aguantar te hace dependiente y ser un hombre próspero se trata más bien de aprender a prosperar, en lugar de volverte un experto en esperar lo que nunca llegará.


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Renzo D’Angelo

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