Esperar el beneplácito de los tipos ordinarios de tu entorno, te vuelve uno de ellos.
Buscar validación, aprobación, aceptación «o como le quieras llamar» es el camino fácil, sin riesgos, conformista y frágil.
Creo que no se ha dicho suficiente sobre lo perjudicial que puede ser para tu hombría, marca y negocio personal esperar que otros estén de acuerdo con tus acciones.
Verás que en diferentes desafíos no avanzas porque quizá, no lo aprobarían los demás, o simplemente tanto la acción como el resultado no estaría validado por otros como lo que haría un hombre exitoso.
Esperar admiración por lo que eres y sobre todo, lo que logras, supedita tu progreso a las creencias de los demás.
Algo ilógico cuando estamos hablando de tu desarrollo profesional y progreso como hombre disruptivo en una sociedad cuadriculada.
Por eso, aunque elegir el camino desconocido te haga sentirte vulnerable y débil, la realidad es que el riesgo a equivocarte, y tu exposición al abismo, te vuelven resistente a lo inesperado.
Los hombres que toman la ruta fácil se vuelven frágiles al cambio, cualquier golpe bajo, los pone en jaque, y reinventarse sin incomodarse es imposible.
Si bien, el camino contrario no te exime de golpes duros; estarás más preparado para afrontar diferentes combates.
Al caminar sobre suelos inestables podrás mantener el equilibrio en donde los otros simplemente caen como sacos inertes.
Entonces, en lugar de esperar aprobación, fortalece tu criterio para crear, modificar y romper ideas, proyectos y modos de accionar diferentes.
Para irrumpir en tu entorno, necesitas brillar, y lograrlo es mejor disfrutando lo que haces por encima de lo que esperen los demás de ti.
Pensar sin aprobación te dará el coraje para evolucionar como un hombre libre, masculino e inteligente, así que, apruébate tú y caerán los muros que te limitan.
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