Temer a lo inesperado, forma parte de cualquier hombre, el obstáculo real es paralizarte.
Muchas veces quieres ocultar el miedo que sientes ante los nuevos desafíos, otras lo odias y quisieras que desapareciera para poder avanzar.
Y el quid del asunto puede ser que siempre ves el temor como algo negativo porque te daña la jugada, y la cuestión es, que el miedo puede ser una alerta interesante para disipar el riesgo.
Las ideas, productos, emprendimientos, incluso pequeños cambios en tu modelo de negocio, tienen riesgos, y no desaparecerán solo porque los ignores.
Sin embargo, eso no los hace inviables, el desafío no es desconocer sobre un tema específico, el problema es meterte en ese campo de acción a pesar de ello.
Nunca puedes saber a ciencia cierta que tu idea, innovación, nuevo negocio o lo que sea que estés emprendiendo funcionará, aunque si es claro, que caminar en la oscuridad te hará tropezar, y porqué no, caer de frente contra el suelo.
Por eso, si ves el miedo como un indicador de que debes considerar más alternativas, o quizá investigar un poco sobre el asunto que te está envolviendo, puedes usarlo como un aliado estratégico.
Bien dicen, que si no puedes eliminarlo, únete a él. Parte de la inteligencia de un hombre está en cómo aborda los retos. Sin duelo, los enemigos son irrelevantes.
El miedo puede ser la raíz de tu ansiedad y develar que hay algo más, puede decirte que tal vez no estás lo “suficientemente” preparado para ese desafío, ¿quizá debas formarte un poco más?, ¿tal vez hay variables que no estás previendo?
La cuestión no es paralizarte hasta descubrir su causa, sino caminar con cautela, actuar a pesar de él e incluso aprovechándolo, porque si eres un hombre real y disruptivo, su compañía será permanente.
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