No es tu recorrido pasado lo que te define como hombre, sino cómo lo empleas para redefinirte.
El muro de tu patio, no te deja ver al otro lado de la calle, y tu ego no te permite aprovecharlo después de verlo.
Si bien las circunstancias, eventos y situaciones no fijan tu hombría, más si, lo que haces con esos aprendizajes en tus entornos personales y profesionales.
Reflexiona, que siempre fracasarás en diferentes desafíos, de eso no hay la menor duda, por el contrario, que esos contratiempos te detengan o te vuelvan un hombre más robusto, es tu elección y decisión.
De manera que, cuando sentencias, «así soy porque me pasó esto o tuve estas dificultades en mi pasado», en realidad, estás decretando tu fracaso.
Porque las circunstancias forjan parte de tu personalidad, pese a, no son determinantes de tu futuro, en cambio, son una especie de tendencia, una predisposición para actuar de un modo, que, en la práctica, puedes filtrar y modificar.
Sin embargo, ningún hombre se define de un solo modo de pensar, sentir y actuar.
Mucho menos, las circunstancias escriben al pie de la letra tu presente y futuro, como té lo he dicho en otros episodios, un hombre siempre elige.
Puedes arrepentirte de tus acciones, puedes abrir la mente y superar las creencias que te limitan.
Es tu libro, entonces, puedes saltar o cerrar capítulos y dejar ir los demonios que te esclavizan.
Y siempre puedes reelegir, para decidir qué haces con las situaciones que se te presentan y cómo sacas provecho de ellas.
Si una buena experiencia te hace un hombre más frágil, al final se torna negativa, y si una desagradable, te hará más fuerte para avanzar y progresar, entonces, es positiva, y está bajo tu dominio potenciar esos conocimientos para beneficiarte de ellos.
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