Ser más creativo para ayudar a tus clientes es un plan vencedor; si tu motor es la creación.
El fallo del creador actual, es su sentido de urgencia, porque el valor de la creatividad está en la intención de lo que haces.
Y crear valor no tiene prisa. La creación de contenidos es una de las tendencias más importantes del marketing actual.
En donde, en lugar de interrumpir a tus “posibles clientes” con publicidad constante y molesta de tus productos, te centras en ayudarlos con material útil para su viaje personal y profesional.
Este proceso, se conoce como “crear y ofrecer valor”, tus entusiastas están atentos a lo que tienes para decir, y cómo este contenido se relaciona con tu experiencia, te vas posicionando como un referente en tu campo.
Lo que te representa ventas para lo que ofrezcas después de tu contenido “valioso”.
Hasta aquí, todo genial, incluso parte de lo que te comparto se alinea con esto, sin embargo, el inbound marketing, como se conoce su versión automatizada, es un proceso que lleva tiempo.
No puedes robarte la confianza de las personas de un día para otro, y menos ganarte su atención inmediata con tanto ruido allá afuera.
Entonces, puedes caer en el desespero de crear contenido no por el valor que genera, sino para llamar la atención y apresurar el proceso de la atracción para vender, y es allí, en donde pierdes el objetivo.
Pues no debes crear contenido para vender, debes dar valor para ayudar, y la venta es un resultado de tu ayuda genial.
Este cambio de paradigma te enloquece si no lo tienes claro, sobre todo, en nuestro entorno capitalista y consumista.
Si tu intención no es ayudar a tus clientes, te frustrarás y quizá, ser un creador de valor, no sea para ti.
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