Crear robustez financiera a través de diferentes proyectos puede cambiar tu juego como hombre emprendedor.
El desafío de ser un emprendedor serial no es nada nuevo; sin embargo, el modo en que lo abordas puede marcar toda la diferencia.
Y es que la tecnología nos ha abierto infinidad de puertas y oportunidades, que a veces lo más difícil no es emprender un negocio en línea, lo complejo es elegir cuál idea llevar a cabo para lanzarla y ponerla a rentar.
Por eso, no se trata de seguir a tipos locos e irresponsables que lanzan proyectos como disparar en el campo de tiro, ni de comprar cada “fórmula de éxito” que te venden en línea.
Es sobre ser astuto, usar lo que tienes a tu favor y no dejarte llevar por las creencias que te limitan sobre tus capacidades y habilidades. Mirémoslo con más detalle.
¿Qué hacer si quieres aventurarte como un emprendedor serial?
Olvídate de la mentalidad de escasez
Primero, esa mentalidad de no tener suficiente, de que el pastel no alcanza para todos y que debería redistribuirse de un modo más “equitativo”, es tu peor enemigo.
Aquí no hay medias tintas: generas riqueza, o te conformas con tu pobreza, o cambias cómo ves las cosas, o te quedas atrás. Recuerda que un hombre siempre elige.
Piénsalo, si siempre estás centrado en lo que te falta, ¿cómo vas a ver las oportunidades que están frente a ti? Empieza por ahí.
Pregúntate qué creencias te están frenando. La idea es simple: si crees que no puedes, probablemente tengas razón. Aunque si crees que puedes y trabajas en conseguirlo, comienza la magia.
Educa tu mente hacia la abundancia. Lee, aprende, rodéate de tipos prósperos y positivos que ya estén donde tú quieres estar. Es un juego de influencias, y tú decides qué y quiénes te influyen.
Rutas no convencionales: La verdadera aventura
Aquí es donde se pone bueno. Seguir el camino que todos toman es seguro, cómodo; sin embargo, rara vez te lleva a los resultados de los hombres extraordinarios. Los verdaderos emprendedores seriales saben perfectamente esto.
No se trata de arriesgar por arriesgar, sino de ser un tipo inteligente. ¿Tu amigo lanzó una aplicación y le fue bien? Genial, aunque eso no significa que sea tu camino también.
Encuentra tu nicho, busca a tu hombre equivalente, y encuentra ese lugar donde tus pasiones y habilidades se encuentran. Para luego, configurarlas como soluciones, productos o servicios por los que otros estén dispuestos a pagar mejor.
Conecta con otros hombres emprendedores y de negocios, no que piensen como tú, porque entonces no saldrías de tu caja de resonancia, sino que naveguen en ríos más peligrosos y puedan compartirte sus trucos y experiencias. No para copiarles, sino para crear juntos.
Los riesgos calculados son los que pagan las cuentas. Si te equivocas, aprende. Si aciertas, replícalo.
Pasiones y habilidades: El verdadero motor de tus ingresos
Finalmente, esto es lo que hace que todo valga la pena. Tus pasiones y habilidades no son solo pasatiempos; son la base de tus futuros proyectos y emprendimientos.
Cada hombre tiene algo único que ofrecer, y el truco está en encontrar a quién ofrecerlo y cómo monetizarlo. Eso sí, parte de tu habilidad debe ser la antifragilidad, pues algunos proyectos no funcionarán, otros morirán lentamente. Sin embargo, esos que sobreviven, te darán la satisfacción (y el dinero) para seguir creando.
No te limites a una sola fuente de ingresos. Si eres bueno en algo, probablemente haya una forma de hacer dinero con ello. Y si puedes combinar varias de estas habilidades, ahí es donde te conviertes en un verdadero emprendedor serial.
Diversificar no es solo una estrategia financiera, es una forma de ser un hombre robusto ante lo inesperado.
Cambia el juego
Ser un emprendedor serial no es para los tipos dramáticos, llorones y fragilizados que se rinden fácilmente. Requiere coraje, innovación y un poco de rebeldía. Pero más que nada, requiere que creas en ti mismo y en tu capacidad de cambiar tu entorno.
La robustez financiera no es solo tener más dinero, es tener el control de tus reglas, decisiones y resultados. Y eso, es el verdadero juego de un hombre emprendedor.
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