Abrazar la simplicidad como parte de tu progreso, puede volverte un hombre más significativo.
Una marca personal de hombre esencial, un estilo de vida simple, un negocio centrado en lo fundamental.
O una mentalidad enfocada en el significado no son metas como tal, más bien, son caminos a recorrer, profundizar y mejorar constantemente.
Bien dicen los Minimalistas, que el minimalismo no es diferente a un horizonte: porque una vez que llegas, aparece otro nuevo horizonte.
Por ejemplo, cuando crees lograr la simplicidad de un servicio, idea o producto, de inmediato se te abren diferentes modos de simplificarlo más.
Y es esta recurrencia la que te convierte en un hombre minimalista; en tu capacidad de darle significado a las cosas, conseguir su esencia y sobre todo, en identificar cuándo y cuánto es “suficiente”.
Puedo decirte con certeza, que el viaje minimalista no es para todos los hombres, porque desprenderte de lo inútil y darle significado a lo que tienes y haces cada día, requiere de ser un hombre avanzado.
Porque, ¿cómo puedes decirle al hombre que nunca ha tenido nada que las cosas no le darán validez a su masculinidad?, ¿de qué modo hacerle entender que ese artilugio con el que sueña no marcará diferencia en su valor?, ¿cómo decodificarle que tener no es ser?
Por eso, cuando eliges diseñar una vida significativa en todos los aspectos que la componen, incluida tu marca, proyecto o negocio.
Entenderás que la simplicidad, no es una meta, no es fin; es un camino, es una evolución, y una introspección hacia lo que le da propósito a tu rodar.
Y entonces allí podrás diferenciar, lo que es suficiente para ti de lo que es bastante para los demás de acuerdo con sus niveles de conciencia, y es cuando realmente estarás y disfrutarás del viaje minimalista.
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