El hombre inteligente no hace muchas más tareas, sino las necesarias para autosuperarse.
Solemos pensar, y puede que en casos así sea, que para conseguir mejores resultados debemos sacrificarnos más, ¿será cierto?
Prefiero creer en la idea de que «como casi todo en vida de un hombre» el quid está en la cantidad adecuada.
Imagina que existe un área de eficiencia y otra de ineficiencia, donde lo eficiente está en el centro de esta línea ilusoria y lo ineficiente, en los extremos.
Si haces poco, no conseguirás nada, es decir, serás un tipo ineficiente, sin embargo, si haces demasiado también serás un desastre; tu esfuerzo no será recompensado.
Por ejemplo, si caminas cinco minutos al día, probablemente tendrás mejores resultados que si no caminas en absoluto, aunque, conseguirás muy poco.
Y si, por el contrario, caminas cinco horas, terminarás tan exhausto que si te beneficia en algo tampoco lo verás positivo.
El caso de cinco minutos al sol, en lugar de cinco horas, también podría ilustrar este concepto de que no siempre, cantidad implica calidad o buenos resultados.
Yo sé que como todo, decirlo es fácil y en la ejecución no tienes idea de cuánto es suficiente. Y allí es donde tu experiencia en el negocio o actividad que quieras mejorar marcará una diferencia.
Determinar la dosis justa tiene su ciencia, de lo contrario, todos miraríamos la receta y no existirían los tipos ineficientes, ¿verdad?
Comenzar por determinar el resultado que buscas y el tiempo con el que dispones para conseguirlo, puede darte un panorama más realista, para bloquear más tiempo en tu calendario y ponerte a trabajar.
Desistir de esa actividad, o conformarte con los resultados que tienes ahora, porque no tienes o no estás dispuesto a invertir en la dosis justa de esfuerzo, sacrificio e incomodidad para conseguirlo.
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