Te has preguntado; ¿cuál es la mitad del camino?, o ¿en qué momento ya recorriste la mitad de tu vida?
Yo sí, ¡muchas veces!, y debo confesarte que, aparte de ser intrigante, con la misma pregunta me he respondido de dos maneras opuestas:
En la primera me he llenado de ánimo por la mitad, «que probablemente me falta» para hacer todo lo que quiero.
Y en la otra, ha sido una sensación de que la mitad recorrida pudo ser mejor o que ha sido, simplemente, ¡un desastre!
Respuesta optimista
Sale la versión cliché; y siento que cada paso ha valido la pena y que sin el paso anterior el siguiente no habría tenido sentido.
Que lo que soy hoy es la respuesta y la acumulación de cada amigo, cada experiencia, cada intento y momento experimentado bien o mal, en este caso, da igual.
Después, aparecen los enemigos de retrospectivo para recordarme; que aunque pueda tener grandes fortalezas como hombre, las debilidades no las puedo ocultar y que quizá he desaprovechado parte de la mitad del recorrido por ser lento, débil y poco estratega desde el inicio.
Cuando profesionalizas, estructuras y proyectas una marca personal masculina, debes ser auténtico y eficiente. Aquí no varía mi mensaje.
Pero también sé, que muchas veces tu realidad es un completo desastre y desde allí ser auténtico sería un poco deprimente, entonces:
- ¿Desde cuándo debes ser un hombre intencional?
- ¿Desde cuándo se cuenta tu punto de partida?
Recientemente, cumplí 40 años, y explorando sobre el tema, identifiqué que en varios códigos culturales esta edad es considerada la mitad del camino para un hombre.
Y aunque te cause más risa que a mí. Parece ser, que todos los mensajes “sociales” apuntan a que si eres un hombre de 40 años debes entrar en una crisis de la que solo te levantarás cuando tengas 50… No por superación, sino por resignación.
Más que sea algo real, creo que es un mensaje ridículo y fabricado por sociedades que ponen caducidad a los hombres de acuerdo con su edad, estudios, propiedades y logros.
- ¿Quién puede saber en realidad cuál es la mitad de tu camino?
- ¿Quién puede determinar si eres muy joven o viejo para unas cosas o eres mejor para otras solo por tu edad?
Conozco hombres de 30 años con un recorrido envidiable por tipos de cuarenta, y otros de 50 o más que nunca han experimentado una vida intencional.
Más allá de los códigos
Simplemente, creo, que cuando tienes de cinco a diez años desarrollando una actividad profesional e incluso personal, es una etapa ideal para incluirla, fortalecerla y proyectarla en tu marca personal.
Antes no tendría mucho sentido, por lo menos como un auténtico experto, pues te faltaría experticia para aportar un punto de vista real a los demás.
En teoría, experimentando en una temática: vivencias, decisiones, negocios, ideas, estrategias, tácticas, aciertos, caídas y formación: puedes aportarle grandes conocimientos al tipo que está iniciando en la misma actividad.
Y, aun así, creo que nunca puedes saber en realidad cuál es la mitad del camino. ¿Cómo sabes si ya lo pasaste? Puede que solo vivas 50 años, y tu mitad hayan sido los 25, entonces no hay nada escrito.
¿Cómo puedes estar seguro de que en este momento no es la mejor etapa para comenzar tu parte más emocionante del recorrido?
Mi mensaje para ti hoy es
Si estás inconforme con los resultados a tu edad; las crisis están en tu cabeza, no en lo que te digan los demás.
Y si crees que estás en la mitad del camino, chévere por ti —quiere decir— que aún te quedan unas cuantas décadas más para ser un hombre intencional.
Habrá cosas para las que tu tiempo pasó y en muchas otras nunca será muy tarde para iniciar.
Si no hay intención, hay rendición
Lo importante, es que quien decida para qué estás o no a tiempo, seas tú y no un guion cultural caduco y barato.
Hace veinte o incluso diez años vivíamos en sociedades cuadriculadas que te impactaban más como hombre, ahora y al final de todo, ¿a quién le importa tu vida? —Únicamente a ti y a unos pocos.
Lo que sí es una realidad, es que el camino andado con todas tus habilidades y defectos te da un mundo de opciones para ser un hombre prémium, entonces:
Coméntame