La escolarización nivela tus estándares y la educación te ayuda a romper esos mismos niveles.
Solemos confundir escolarización con educación, al igual que acostumbras a ver las reglas básicas para encajar en sociedad como «culturización».
En la vida real, un hombre civilizado dista mucho de uno que está únicamente escolarizado.
La formación tradicional, es una pieza fundamental de tu educación, porque te permite entender la sociedad en donde te desenvuelves, cuales son sus reglas (te gusten o no) y cómo acciona el hombre ordinario en sus diferentes entornos.
La escolarización es genial como la base para hacerte un hombre que respeta la convivencia, entiende el juego del capitalismo, y en general, cómo funcionan los negocios.
Sin embargo, la educación es la que te permitirá aprovechar lo que aprendiste en la escolarización para irrumpir con ideas, soluciones y productos que mejoren ese mismo entorno con tu marca y negocio personal.
Esto explica, porque el hombre escolarizado es lo más cercano al hombre domesticado, y el hombre más educado, al hombre más estratégico e innovador.
Porque si te quedas únicamente con las reglas de la educación formal (o ignorándolas por completo), nunca estarás en capacidad de ver más allá de las normas de tu entorno, volviéndote un borrego de la sociedad y un esclavo de sus constructos considerados «correctos».
¿Cuál es el punto? —si quieres irrumpir en tu entorno solo con el autoconocimiento te costará más trabajo que haciendo una mezcla entre documentarte con el conocimiento formal para innovar con el experimental.
Dicho de otro modo, para ser un maestro, primero debes saber cómo hacer la tarea, para luego, desde tu experiencia; romper los esquemas caducos.
Así entonces, siendo menos domesticado y más educado, podrás iluminar al hombre ordinario con el ejemplo, además, de aportar valor a tu entorno durante el proceso.
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