La felicidad de un hombre, el éxito y pasártela bien, son tan solo añadidos de una vida significativa.
Buscar la felicidad, una meta específica, negocios gratificantes y una recompensa inmediata por tu trabajo, puede ser un motivador engañoso.
Porque construir un proyecto, marca o producto puede tomarte varios años para conseguir algo que sea significativo en tu desarrollo personal y profesional.
Y en el mejor de los casos, el menor tiempo en la búsqueda de algo valioso, en donde el proceso es desagradable, puede parecerte una eternidad.
Por eso, luego, cuando consigues el objetivo (partiendo del hecho que lo obtuviste), ¿cuánto te durará la alegría?, ¿por cuánto tiempo te sentirás un hombre insuperable, exitoso, campeón, recompensado?
¿Un día, dos días, un mes?, ¿y pasaste tantos años luchando por un momento tan efímero?
Bien dicen, que si eres un hombre que realmente busca progresar debes tener:
- La confianza para perseguir lo que quieres (incluso sin recompensa)
- La humildad de aceptar quién eres en cada momento del viaje
- La voluntad de desarrollar habilidades que acerquen el punto 1 y 2
De eso se trata el significado de los desafíos; llevar una vida significativa va de vivir un recorrido gratificante, disfrutar del camino siendo el hombre que eres en cada fase, y conseguir dilatar las recompensas.
No lo interpretes como luchar por nada, ese no es el mensaje central.
La cuestión va de llevar un viaje tan emocionante, que el punto de llegada pierda relevancia, y así, si al final no era lo que buscabas, pues te la pasaste genial.
Y si conseguiste lo que esperabas, tu gratitud será aún mayor.
Porque las mejores satisfacciones personales y profesionales, en cualquier proyecto que emprendas, llegan cuando das lo mejor de ti y tus expectativas son tan bajas, que el premio te toma por sorpresa.
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