La vulnerabilidad de un hombre es sinónimo de debilidad, así ahora te lo quieran vender como habilidad.
En los nuevos entornos frágiles y cristalizados, fomentados por representaciones decadentes de la masculinidad.
Se ha popularizado, mostrarte, sentirte y proyectarte débil y vulnerable como una habilidad para empatizar y ser validado por los demás.
Todo esto me recuerda a aquel ensayo de Jack Donovan, en donde hablaba, precisamente, de “La vulnerabilidad como sinónimo de debilidad”.
Decía que la vulnerabilidad se ha vuelto un valor cultural moderno equivocado, y que en realidad es sinónimo de decadencia.
Los hombres debemos cultivar nuestra fortaleza y rechazar la idea de la vulnerabilidad para proteger nuestros intereses y alcanzar nuestro verdadero potencial como hombres.
Una escena que grafica esta nueva corriente sería un boxeador poniendo su cara a un contrincante para recibir los golpes, porque bueno, no tiene miedo de ser vulnerable.
La vulnerabilidad de un hombre es reconocer la realidad, en lugar de disfrazarla de fuerza.
Y cuando reconoces tus debilidades no es para sentarte a llorar, sino para hacer algo al respecto, como aceptarla y fortalecerte en otras áreas, o intentar protegerla o eliminarla.
Por supuesto que siempre puedes mostrar abiertamente tus vulnerabilidades, sin embargo, esa no es una posición de fuerza, y en los entornos comerciales competitivos, no te ayudará.
Porque así es como comunicas la impotencia y demuestras que no eres una amenaza. Es un comportamiento sumiso, dócil y ávido de misericordia y se basa en la bondad de los demás.
Por eso, siempre que te pidan revelar tu vulnerabilidad, desconfía y pregúntate, ¿me quieren vulnerable por los intereses de ellos o por los míos?
Cuando eres consciente de estas invitaciones a mostrarte vulnerable, puedes decodificar los intereses de los demás.
Y además, mucho mejor, proyectarte desde tus fortalezas, que lo encuentro más inteligente.
Otro modo de trabajar tus vulnerabilidades es dejar de aceptar tus mediocridades como algo “normal”.
Si evitas los errores básicos de aficionado y ves la mediocridad como una debilidad, puedes estar más atento a trabajar en tus puntos débiles y obtener resultados de mejor calidad.
En resumen, mostrar tu vulnerabilidad es una forma de debilidad, al igual que cometer errores básicos en un trabajo de responsabilidad.
- Analiza profundamente tus fallos: Cada vez que cometas un error, tómate el tiempo para analizarlo y reflexionar sobre cómo permitiste que sucediera. Y trabaja al respecto.
- Rodéate de hombres de alto nivel: Buscar compañía de hombres que son profesionales y que no cometen errores básicos. Te ayudará a evitar caer en la tentación de aceptar estos errores como algo normal.
- Acepta la vulnerabilidad como una realidad y trabaja en fortalecer áreas donde seas vulnerable. Reconoce que es una parte natural de un hombre y úsala como una herramienta para mejorar relaciones y alcanzar tus objetivos.
No estoy aquí para convencerte de tu potencial, recuerda que un hombre elige, y eres libre de elegir; si sales a luchar como un hombre vulnerable o, por el contrario, te armas para lograr tu misión imposible.
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