Eres un hombre creativo cuando diseñas productos que tus clientes no sabían que necesitaban.
Escuchar, está más relacionado con tu capacidad de identificar necesidades, prever soluciones y llenar vacíos que con el valor de crear.
Ser experto en un tema, tener muchos años de experiencia en un sector, o incluso, tener un producto que se sigue vendiendo por años, son causales, sin saberlo, de sordera innovadora, o ego del hombre emprendedor.
Parte de los síntomas; se revelan cuando comienzas a ignorar los indicios y necesidades de mejoras, tanto de tu mentalidad.
Como ser capaz de prever la muerte de tus productos, servicios, ideas y soluciones tal y como los creaste inicialmente.
Desafía tu mente frágil ¡Sé un hombre más ágil!
Renzo D’Angelo
Cuando guardas tu ego masculino por un momento, y te das a la tarea de escuchar a tus clientes y posibles compradores, sobre todo, lo que no te dicen.
Descubres el poder de verte a ti mismo como un aprendiz, como un científico inquieto que sabe plantear hipótesis con nuevos hallazgos en los comportamientos de tu cliente genial.
Y entonces, aprendes a ver la novedad, no como un disparo a tu ego, sino más bien como tu capacidad de evolucionar, progresar y abrazar nuevos modos de crear.
La mayoría de los hombres no sabemos escuchar, menos mensajes en contra de nuestros negocios, ideas y proyectos, y eso te da una ventaja competitiva a la hora de diseñar tus soluciones desde una perspectiva menos egocéntrica.
Porque si te empeñas en verte a ti mismo como un tipo sabelotodo, poco provecho sacarás de lo que precisan tus clientes sin saberlo y decirlo.
Siendo así, para el momento en que la necesidad se revele para todos, habrás desaprovechado el valor de servir, innovar, y sobre todo; el arte de saber escuchar.
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