Desde el arte, la literatura, la moda y el cine hasta los productos, servicios y soluciones, todo influye en el tipo de hombre que eres.
Recuerdo cuando empecé a cuestionarme seriamente el entorno que me rodeaba. La identidad masculina no es solo una etiqueta; es una elección consciente que se refuerza con cada decisión.
Si las influencias moldean mis comportamientos y estilo de masculinidad, y son elegidas por mí, ¿por qué no elegir las que me fortalezcan y me hagan un hombre más fuerte?
Si el tipo de hombre que soy está en mis elecciones, ¿por qué no elegir mejor?
No siempre fui tan masculino o me sentí a gusto con mi masculinidad tal como hoy. Y esto se debe a que los niveles de conciencia nos encierran en cubos esterilizados, evitando dañarnos o sentirnos amenazados. Sin embargo, la seguridad que creemos tener dentro de ellos en realidad nos debilita.
Piensa en esto: ¿por qué nos cuesta más impresionar a un hombre? Probablemente, porque su mente funciona de forma similar a la nuestra. Aún más relevante, ¿por qué tememos persuadir a un hombre fuerte e inteligente? Porque sentimos que pondrán al descubierto nuestras debilidades.
Y aunque no lo notes a simple vista, esta es una de las causas más comunes que encuentro en los hombres de negocios que me consultan.
No venden a los hombres porque no se sienten suficientes. No diseñan ni crean soluciones para los hombres porque temen que un hombre detecte su farsa.
Y en lugar de crear productos, servicios y soluciones potentes, prefieren producir basura para todo el mundo o para los más frágiles, quienes ni cuenta se darán de que lo que les venden es una porquería.
En este punto, debemos abordar varios ángulos.
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Ángulos para fortalecer tu masculinidad
Primero, tu relación con tu masculinidad. Si la ves como sinónimo de ser un tipo ordinario, patán o desagradable, vas por el camino errado. Los hombres masculinos inspiran respeto, admiración, fuerza y generan una sensación de seguridad que solo consigues al caminar a su lado, sea en un equipo, proyecto o negocio.
Segundo, vender o crear para los hombres requiere hombres inteligentes. Pero los hombres amamos los retos. Nos encanta competir. Ganar el beneplácito de otros hombres nos pone en la cima. Si no, pregúntales a los más masculinos y fuertes que conozcas: la admiración de los débiles no mueve la aguja.
Tercero, para crear y vender ideas, productos o proyectos para hombres, debes tener una mente masculina. Y bueno, hoy en día, esto es complicado si te rodeas de entornos feminizados y fragilizados, donde ser hombre no es una ventaja competitiva y donde el lenguaje, tanto visual como estructural, no es masculino.
¿Cómo diseñar un mundo que fortalezca tu identidad masculina?
Primero, consume arte, literatura, cine, música y hasta contenidos efímeros creados por hombres fuertes que admires y con los que compartas visión (o que desafíen tu visión actual).
Segundo, frecuenta entornos masculinos. Cuanto más incómodo te sientas en entornos masculinos de alto nivel, más débil eres y más fragilizado estás.
Tercero, elimina todo el contenido, desde ideas y referentes hasta música y sitios, que drene tu energía y te vuelva más débil. Deshazte de las voces dramáticas que consumen tu mente.
Como te dije al inicio, no siempre abracé mi masculinidad como lo hago hoy. Y cuando miro atrás, las etapas en las que más débil me sentí fueron aquellas en las que me rodeaba de tipos frágiles, frecuentaba entornos feminizados y consumía contenido que, en lugar de fortalecerme, me convertía en un tipo víctima y conformista.
Después de reinventar estos ángulos, no solo me sentí más masculino, sino que potencié las ventajas innatas que nuestra biología y mente nos dan para ser hombres más competitivos.
Entonces, ¿qué es el diseño masculino?
Es la creación deliberada de la identidad de un hombre robusto y dominante. Es elegir tipos influentes que te desafíen, rodearte de hombres que te impulsen y construir una mente afilada y fuerte.
La masculinidad no es una imposición; es un diseño consciente. Y como todo diseño, depende enteramente de ti. Así que adelante, nunca es tarde para rediseñarte como el hombre que quieres ser.
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