¿Alguna vez te has preguntado qué se siente al vivir tu masculinidad al máximo y conquistar tu mundo?
Parece tonto, aunque la mayoría de los hombres de hoy nunca experimentan su masculinidad.
Pues, por no enfrentarse a la vida con valentía y determinación, se vuelven frágiles y cristalizados.
No saben lo que es vivir al límite, y por eso, carecen de la fuerza interior necesaria para enfrentar los desafíos que se les presentan en cualquier entorno de su vida, incluidos los negocios.
Piensa en ese momento en el que, como emprendedor, afrontaste un desafío y lo superaste con audacia y valentía. ¿Lo tienes?
Ahora, compara esa sensación con la adrenalina que sientes al practicar un deporte masculino de alto rendimiento o de riesgo, como el paracaidismo, las carreras de autos o el boxeo.
Esa emoción, esa testosterona que corre por nuestras venas, es lo que marca la diferencia entre una masculinidad “simulada” y una real.
Aunque hoy en día es difícil experimentar la masculinidad como lo hacían nuestros antepasados; al mezclar un poco de masculinidad “simulada” con la real, podemos poner en acción nuestra propia masculinidad.
Cuando te sumerges en el papel de un hombre de acción, enfrentando aventuras audaces y desafíos extremos, es entonces cuando sientes esa poderosa mezcla de realización, testosterona y disfrute. Ese momento es la esencia de vivir y abrazar tu masculinidad al máximo.
Para experimentar esa «masculinidad en acción» en tus proyectos, negocios y en tu vida, te recomiendo tres acciones concretas:
- Enfrenta tus demonios: Atrévete a asumir riesgos, tanto en tu negocio como en tu vida personal. Practica deportes que desafíen tus límites y te hagan sentir vivo.
- Cultiva tu liderazgo: No basta con ser valiente, también debes inspirar a otros hombres. Aprende de líderes masculinos que han dejado huella y aplica sus enseñanzas en tu vida diaria.
- Encuentra la dosis: Combinar la masculinidad “simulada” y la real te permitirá experimentar tu masculinidad en acción. Encara desafíos profesionales y personales, sin olvidar disfrutar de actividades que te conecten con tu esencia masculina.
Recuerda que el camino hacia tu propia masculinidad es un proceso de autoexploración, acción y desafío. Atrévete a ser un hombre intencional en esa búsqueda y vive la vida del hombre que viniste a ser.
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