Reconocer que eres ordinario e incapaz de hacer lo necesario para ser «exitoso» es el primer paso para progresar.
Funciona como cuando eres alcohólico o vicioso, si no entiendes que tienes un fallo (así los demás te lo griten en la cara) no tomarás la iniciativa siquiera de evaluar el problema.
Si estás inconforme con tus resultados personales y/o profesionales, y sientes que rindes por debajo de tus capacidades sin identificar el porqué; a pesar de creerte, y en algunos casos verte ante los demás como un hombre de alto nivel. Puede que los tiros vengan por aquí.
A mí me ha pasado en diferentes etapas y campos de acción, —sabes que puedes dar más, sin embargo, parece que tu inteligencia es insuficiente para resolver el acertijo.
Entonces, si le bajas dos niveles a tu ego, abrazas tu imperfección y usas a favor tu mentalidad de «tipo raro», podrás hacerte mejores preguntas para develar las respuestas que te faltan:
¿Sigues un guion ordinario?
Hay primeros actores, famosos y reconocidos por sus grandes interpretaciones marginados en malas películas.
En tu caso, sigues tu propio libreto, o por la «flojera» de pensar y tomar riesgos, ¿has preferido seguir lo que hacen los demás?
El éxito, por lo menos como prefiero verlo, es competir contra tus propias capacidades, estar dispuesto al trabajo duro, disfrutar del proceso para conseguir lo que te propones y progresar mentalmente en cada ciclo.
Si asumes, que haces lo mismo que otros hombres, sobre todo cuando de perder tiempo se trata, podrás desintoxicarte y eliminar uno de los pretextos más comunes para no mejorar; la falta de tiempo.
¿Buscas el balance?
Esta es tal vez una de las peores estrategias para progresar, porque tener una vida balanceada es incompatible con ser un hombre extraordinario y conseguir resultados fuera de lo común.
No hay atención sin desatención; mientras atiendes unas áreas de tu vida deberás desentender otras, la realidad se viste de ciclos, no será lo mismo si quieres inventar, evolucionar o explotar tu marca personal o negocio.
Y así llévalo a cualquier ámbito de tu vida, si reconoces los ciclos como algo positivo y necesario para conseguir tus objetivos reducirás la carga que te vuelve lento.
Es como tener cuatro mancuernas en el gym (familia, amigos, salud y trabajo) y para obtener los bíceps que quieres solo puedes levantar dos simultáneamente. En cada ciclo ganarás y perderás algo. ¿Quieres un equilibrio? —entonces acostúmbrate a la mediocridad en todos los campos.
¿Concentras tus poderes?
El tema de las fortalezas es casi un cliché, sin embargo, ¿lo que reconoces como tu fuerza realmente lo es?, no vale creerte bueno en algo solo porque eres «menos peor que otros».
Si hay algo más difícil que construir sobre tus puntos fuertes es identificarlos correctamente, porque muchas veces creemos ser buenos en algo y resulta que en la realidad a duras penas superamos al hombre promedio.
Entonces, haz un inventario, juntamente con una autoevaluación a conciencia para identificar si estás en tu elemento, y si es así potencia la mezcla de tu distintivo, de lo contrario, será un buen momento para comenzar a descubrirlo.
La mediocridad, vista como la imperfección te dará una nueva visión para avanzar, no a la perfección, sino a tu versión de hombre premium.
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