El poder del hábito digital

El poder del hábito digital


Ser un hombre «tecnológico» puede abrirte las puertas que siquiera sabías que existían.

Lo que es posible construir a través de tus hábitos digitales, es quizá, más poderoso que tu alcance como un hombre «inteligente».

Veo la tecnología como uno de los factores claves en tu competitividad, rendimiento e incluso, distintivo de tu marca, idea y negocio.

Lo interesante de que muchos hombres ordinarios le teman a la tecnología, o subestimen su impacto, es que te da una ventaja en las áreas que otros desconocen.

Y si sumas el poder de un sistema productivo de alto rendimiento, entonces, ya juegas en otro nivel, y es de esa intersección que te hablo en este episodio.

¿Cómo mezclando la tecnología, los hábitos y un poco de mentalidad puedes lograr lo que antes, creías imposible?

Me gusta partir de que menos es más y que si eres un hombre ineficiente lo serás con o sin tecnología, haciendo las tareas de cualquier modo, porque si las acciones son inútiles, el resultado lo es más.

Ahora, y aquí me dirás Renzo, ¿cómo sabes cuándo algo es inútil?

Lo que te acerca a tus objetivos vale oro, lo que te aleja es una mierda.

Suena simple, y cuando tienes objetivos claros lo es, lo que pasa, es que en la vida real, tenemos problemas más bien de objetivos.

La gran mayoría de lo que queremos y deseamos está marcado por un entorno mediocre, materialista, consumista, y sobre todo, ávido de validación social, aunque odies aceptarlo; vives en función de lo que los demás consideran un hombre exitoso, comenzando la carrera en desventaja.

Y lo digo con total propiedad porque siempre me jactaba de ser un hombre diferente, y al final, vivía de lo que los demás esperaban de mí, y eso me hizo perder muchos años productivos luchando por más.

Más dinero, más cosas, más reconocimiento, más de lo que sea y el día que desperté, estaba hundido en un guion ridículo que no me pertenecía, ni me hacía sentir bien con lo que buscaba.

Por qué te cuento esto, porque si estás en la jaula del hámster, ser un hombre digital solo te hará correr en una rueda electrónica; el impacto real en tu libertad y calidad de vida, vendrá cuando redefinas tus objetivos, no cuando digitalices tu ineficiencia.

Y solo en ese momento, es cuando una nueva rutina con hábitos digitales poderosos, te facilitará el resto.

Por eso, el quid de la productividad personal minimalista está, no en hacer más, sino en necesitar menos… menos tareas, menos herramientas, menos cosas, e incluso, y aunque suene poco atractivo; necesitar menos dinero.

Echemos un vistazo, a los hábitos que me convirtieron en un hombre a prueba de balas inútiles, y que me hicieron rediseñarme en una versión avanzada.

5 poderes de los hábitos digitales para alcanzar lo que te propongas

  1. Despertar
  2. Despejar
  3. Alimentar
  4. Reaprender
  5. Simplificar

Despertar

Al hábito de ser un hombre madrugador le atribuyo casi todo lo que diseño y conoces de mí.

Antes de cambiar mi horario y tragarme las palabras que me definían como un noctámbulo podía levantarme a las 9:00 am, y trabajar hasta altas horas de la madrugada.

Y llegó el momento de rediseñarme, y ni tiempo tenía para el preámbulo. Cuando quieres hacer un cambio real en tu rutina, muchos te hablan de lo que debes hacer, y nadie te dice, la cantidad de horas que debes invertir en mudar tu mentalidad, para luego conseguirlo.

En mi caso, llegué a Mañanas Milagrosas, un libro fantástico de Hal Elrod, y entonces, aplique cada consejo. La esencia del libro, es que a las 8:00 am, cuando los demás comienzan su día, tu ya hiciste lo que te impulsará.

Desde entonces y aún hoy, despierto a las 5:00 am la mayoría de días, y un par a las 4:30 am, tomo un vaso de agua, un baño de agua fría y comienzo mi día, pase lo que pase, para algunos es extremo, para mí, es un poder extraordinario.

Despejar

Como hombre emprendedor mi cabeza daba vueltas como trompo, mantener mi atención en una sola actividad era quizá, un reto mayor, por lo que cuando comencé con las mañanas milagrosas, perdía mucho tiempo.

Así que mi rutina inicial incluye diez minutos de meditación, al comienzo también era un desastre, y pensaba que era una ridiculez, aunque he progresado con los años, uso un aplicativo llamado Headspace de Andy Puddicombe, tiene series, puedo elegir la voz y el idioma.

Aunque por mucho tiempo veía un video de práctica de observación de velas, una meditación llamada Trataka de la India, está en Apple Music es bastante sencilla y suficiente para un novato, medité con este video por tres años.

Indiferentemente de la herramienta que uses, créeme, no es tan relevante, lo importante es que dediques un tiempo para respirar, no pensar en nada para luego organizar tu cabeza.

Prestar atención a lo que prestas atención es el segundo poder de un hombre digital, y por su simplicidad es subestimado por muchos, lo que te hace más poderoso cuando lo pones en práctica.

Alimentar

Si me escuchas o lees desde hace tiempo, te debo tener harto con esto, y no es más que seleccionar muy bien lo que metes a tu mente, de eso dependerá lo que luego podrás sacar de ella.

Este hábito lo mezclo con dos actividades, escuchar pódcast y leer libros electrónicos. Ambas cosas las hago inmediatamente después de meditar, mientras me preparo el café escucho algunos episodios.

Y después comienzo con mi lectura diaria de 40 – 60 min en Apple Book, de eso te hablé en alimentando el intelecto y aprendiendo a escuchar, dos episodios de esta serie, así que no me extenderé con los detalles.

El quid aquí está en el tipo de contenido que añades a tu modo de pensar, encuentro que hacer un mezcla entre libros que «realmente» te incomoden con novedades y avances de tu campo de acción puede volver esta actividad disruptiva.

Porque si solo lees contenidos superficiales e ideas de otros que piensan como tú, será poco lo que avanzarás, por eso trata de evitar libros locales o de hombres pop, es decir, que apuntan a las masas más que a los nichos.

Ahora leer y escuchar no sirve de mucho si no procesas y aplicas, de eso se trata el siguiente hábito.

Reaprender

Termino mi mañana de hombre brillante completando cursos de habilidades y un diario en mis notas, en donde detallo:

  • 3 cosas fantásticas de mi día anterior
  • Escribo un artículo de 200 palabras (luego será un episodio)
  • Aforismo o frase del día
  • 3 cosas por las que estoy agradecido
  • 3 cosas que volverán fantástico mi día
  • 3 afirmaciones que me motiven (cosas reales que he hecho, que antes no)

Esta es una adaptación personal de lo que describe Hal en su libro, puedes hacer la tuya, la idea principal es agradecer por todo lo bueno que te ocurre —esto le resta un poco al victimismo latino, crear algo nuevo cada día, y reconocerte cuánto avanzas, sin esperar que otros lo hagan.

Tan importante como rediseñarte como el hombre que quieres ser, es valorarte sin esperar la validación de los otros. Esto parece alejado de la transformación digital, mas créeme, es tan importante como la herramienta que usas.

Porque irrumpir requiere hacer cosas diferentes a los hombres de tu entorno, y sin una mentalidad de acero, perderás rápidamente el impulso y terminarás haciendo lo mismo que los dinosaurios ordinarios.

Por eso, nunca he dejado este hábito desde que lo comencé, lo que ha resultado en que tengo cientos de episodios precreados para compartir y ayudar, practico mi escritura en inglés y me animo cada día así no vea o escuche algo motivante.

Antes de terminar, invierto entre semana, unos 40 min en cursos de habilidades, 30 min en idiomas y 40 min de pesas, los fines de semana cambia un poco, aunque de eso te hablaré con más detalle en un episodio de autoaprendizaje.

En resumen, las mañanas para despejar, alimentar y reaprender, y las tardes para crear y ejecutar.

Simplificar

El hábito de hacer que las cosas sucedan es tal vez, la punta de la lanza electrónica, la transformación digital suena fácil, y se ve bonita en cualquier titular de artículos, audios o videos, sin embargo, llevarla a la práctica requiere transformar tu mente.

Y pocos están dispuestos a conseguirlo, sobre todo, por el proceso. Para este hábito te recomiendo tres libros: Reinicia de David Heinemeier, Hábitos Atómicos de James Clare y Lo único, Gary Keller.

Volveré a ellos más adelante en esta serie, todos están en Apple Books, en español, portugués e ingles, son cortos, ligeros de leer y te servirán para transformarte digitalmente de adentro hacia afuera, incluso, si te lo propones puedes leerlos antes del siguiente episodio, con eso avanzas a medida que te voy contando más.

Simplificar es eliminar lo que sobra, lo que crees que necesitas en tu productividad personal y te vuelve torpe y lento. Por lo que tendrás que rediseñar el modo como ejecutas tus actividades, y en muchos de casos, lo que haces.

Este hábito lo ejecuto todo el tiempo, incluso, sobre actividades que ya había simplificado, la constancia es su esencia; hoy serás capaz de eliminar el 20 % de lo que haces, luego un 10 % más y así hasta que veas la tarea como innecesaria.

Cuando entiendes que digitalizar es diferente de transformar, entonces juegas en otra liga. Digitalizar es volver digital lo mismo que hacías fuera de línea, a diferencia de la transformación digital que es reinventar el proceso o eliminarlo.

Ejemplo: Digitalizar sería eliminar el menú físico de un restaurante y mostrarlo a través de un código QR, eso no tiene nada de transformación digital, es simplemente mostrar el pdf en un enlace.

La transformación digital de este proceso sería, un aplicativo con animaciones de los platos y la posibilidad de personalizarlos, ordenarlos y pagarlos.

De eso se trata ser un hombre digital, no de acumular archivos electrónicos, y es lo que buscaremos romper con cada episodio de esta serie.

No es más por ahora, esto apenas comienza, nos escuchamos en el siguiente con más ideas para tu transformación digital.

Complementos

En el próximo episodio de esta serie: La maldición del balance, porque este mensaje ridículo de una vida «balanceada» puede hundirte en la ineficiencia, así que no te lo pierdas.

¡Hasta pronto!


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Renzo D’Angelo

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