Parte de nuestras frustraciones se enlazan con tus anhelos, entonces, ¿has cuestionado lo que deseas?
¿Alguna vez te has detenido para repensar sobre lo que buscas? Y no me refiero a conformarte con menos.
Es lo que muchos hombres interpretan cuando les pido revaluar sus expectativas.
Lo primero que asume un hombre frustrado cuando le digo que quizás el desacierto con sus negocios y realización como hombre se relaciona con sus expectativas.
Piensa; entendí, ¿me estás diciendo que debo conformarme con menos?—no, estoy invitándote a cuestionar tus deseos, revaluar tus preguntas y romper los libretos de otros para construir el tuyo.
Porque tus deseos marcan tus prioridades y resultados, y si no te sientes satisfecho, no implica que seas “insuficiente”.
Puede que estés persiguiendo los resultados erróneos o ejecutando las tareas equivocadas para llegar a esos resultados.
Ningún guion es malo porque sí, y menos si lo diseñó un tipo que quieres emular, porque te impulsa genial.
La cuestión es, ¿quieres sus logros o te entusiasma seguir su viaje? Porque es fácil amar la meta y odiar el recorrido.
Y entonces cambias meses y años de viaje de mierda por unos minutos de notoriedad, en lugar de pasártela genial por años disfrutando del paseo.
Aunque todo esto puede llevarte a cuestionamientos más profundos, al final, tiene que ver con lo que deseas y esperas vivir, y satisfacer al cumplir esos deseos.
En muchos casos, no forman parte de tu identidad, sino que están relacionados con lo que esperan los demás de ti.
Y entonces, en vez de ser un hombre brillante, vives en la oscuridad por cumplir, no tus deseos, sino los de alguien más.
Porque en lugar de buscar «mejores deseos», estás dormido en el viaje del significado, propósito y libertad, y lo que necesitas urgente, es despertar.
Coméntame