Si pertenece a un filme, ¡genial!, aunque si arriesga tu propósito como hombre ya no es divertido.
Los guiones de las películas, al igual que en nuestra vida, son parte fundamental del éxito de la propia historia.
Lo que pasa es que te indigna reconocer tus elecciones y decisiones como parte de un guion. Porque entonces se cuestiona, entre otras cosas, tu masculinidad y capacidad de pensar y tomar las riendas de tu progreso.
Además, entran en juego cuestionamientos como; qué pasa si lo que deseas, no es realmente lo que quieres, cómo afrontar que por la pereza de conocerte a ti mismo, seguiste una ruta demarcada por otros y que al final no es lo que buscabas.
O como lo que viene de hombres ordinarios, simplemente no te llena, porque, ¡claro!, la creo otro que lo satisfacen otras creencias.
Los libretos y guiones sociales son interesantes, sobre todo, conocerlos, interpretarlos, saber porque existen, y no tanto seguirlos por falta de inteligencia.
Todos de algún modo seguimos libretos, nuestra crianza fue uno, nuestros estudios de secundaria fueron otros, incluso, nuestro paso por la universidad fue porque un guion decía que era necesario para que fueras un hombre exitoso.
El matrimonio es otro guion, los hijos, tu trabajo, todos son guiones que sigues, unos más evidentes que otros, la ropa y el cómo estás vestido ahora mismo forma parte de un guion pendejo que dice cómo es el modo adecuado de vestirte.
Sin guiones estaríamos perdidos en el mundo sin una identidad que nos ayude a encajar, sin embargo, los libretos son mejores si los escribes tu mismo.
No digo yo, que te inventes algo nunca antes visto, mas si, uno que tenga, revele y potencie tu individualidad y te haga brillar en un escenario lleno de momias inertes.
Con este y otros cuestionamientos, abro la nueva temporada, tal y como en la sesión anterior; nos seguiremos escuchando cada semana con dos episodios gratuitos, y un episodio mensual especial para miembros.
Así que mantente atento, hazte presente y nos vemos en las siguientes entregas para destacar, simplificar y comerciar como un hombre prémium.
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