Una declaración de intenciones te obliga a ordenar tus ideas para comenzar el nuevo ciclo concentrado.
Como acostumbro en cada inicio de año este artículo es para darte la bienvenida a un nuevo periodo.
Comiences o no el año o lo hagas en otro mes siempre vale la pena organizar tu cabeza para saber hacia dónde vas.
En las metas y objetivos para un hombre 2017 te hablé sobre la productividad para organizarte antes de comenzar, en 2018 te puse al descubierto 6 preguntas para progresar en lo que te propongas y en las resoluciones para un hombre 2019 te hablé de las 3 estrategias para gestionar cambios como un hombre prémium.
En este 2020 me centraré en un arma que te hará el guerrero más poderoso de todos: ¡Tu atención!
Y aunque te parezca tontería, o estés tan cansado como yo de oír hablar del famoso «foco» el tema tiene más de fondo que de forma, porque así como puede volverte un hombre productivo y eficiente puede convertirte en un zombi descerebrado.
Entonces, antes de comenzar, debes conocer una regla de oro —no hay atención sin desatención— es decir, no puedes centrarte en algo de verdad sin dejar de prestar atención a lo que no tiene significado, por ejemplo:
No puedes leer un libro viendo pendejadas en redes, no puedes centrarte en objetivos positivos con gente negativa en tu círculo cercano, no puedes hacer ejercicios todos los días en el gimnasio si vas a comer basura como un cerdo.
Parece obvio, sin embargo, revisa tus metas fallidas y verás que no solo centraste tu atención en lo contrario a lo que buscabas sino que dejaste en tu «fuerza de voluntad» la responsabilidad de algo que necesitaba más bien un nuevo hábito.
Si quieres dejar de quejarte y lamentarte por todo lo que no logras cada nuevo año y hacer que tu declaración de intenciones realmente funcione, sigue algunos lineamientos que me han funcionado y verás como podrás cambiar el resultado:
5 lineamientos para que tu declaración de intenciones funcione
- Plantea tus objetivos en acciones —no en deseos, por ejemplo, en vez de hacer el planteamiento común de «quiero perder peso» reformúlalo como «iré al gimnasio todos los días una hora», el objetivo no es perder peso, la meta es ejercitarte todos los días y no comer basura.
- Bloquea y aléjate de la gente que no esté alineada con tus objetivos, sean amigos, familiares e incluso parejas, es básico, si hay algo peor que no pensar es juntarte con los que tampoco piensan, tu entorno te influencia, y si no hay nadie con quien compartir, busca referentes y síguelos.
- Identifica lo que te gusta hacer y con quién te gusta trabajar y deshazte de todo lo demás. Trabajar en proyectos que no te emocionan «solo por el dinero» es el peor negocio que puedes hacer, porque ese mismo dinero se consume tu energía y creatividad dejándote hueco y desahuciado.
- Dile que no a todo lo que la mayoría dice que si, no es broma, el hombre común es ordinario precisamente porque hace lo mismo que los demás «borregos» y nunca se quiere incomodar, entonces tiene una vida de inmovilidad con resultados igual de mediocres que su propia mentalidad.
- Desfragmenta los objetivos en pequeñas tareas hasta volverlas un hábito automático, y entonces, les subes el nivel y vuelves a comenzar, eso te mantiene animado y centrado en el recorrido, no en la meta, el quid está en disfrutar el camino, si odias el proceso no conseguirás nada.
Si te parece difícil entenderás porque más del 90 % de las declaraciones de intenciones no llegan siquiera al segundo semestre.
Conseguir resultados diferentes requiere de ejecutar acciones diferentes, y en esas acciones no están precisamente las charlas telefónicas, los chats inútiles, el «ocio» no ganado y menos largas horas de sueño.
Ahora analizándolo desde otro punto de vista; si la gran mayoría de los hombres son corrientes y dedican poco esfuerzo a centrar su atención en lo que vale la pena, ¿no crees que es más fácil diferenciarte?
Cada día es más fácil ser un hombre extraordinario, ¿qué esperas para conseguir lo que te propongas?
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