La diferencia entre ser “un buen tipo” y ser bueno siendo un hombre marcará tu esquema, triunfos y fracasos.
¿Eres consciente de lo que realmente significa ser un hombre en medio de los desafíos contemporáneos que enfrentamos?
Cuando abandonas la adolescencia, etapa donde reside la mayoría de los tipos carentes de masculinidad, tienes la oportunidad de potenciar tu vida, relaciones y proyectos.
No hablo de esas “nuevas y supuestas masculinidades” que algunos perdedores promueven. Me refiero a la verdadera naturaleza del hombre: tu capacidad de enfrentar retos, luchar por lo que quieres y proteger a quienes te rodean.
Me atrae la filosofía que sostiene que los hombres debemos ser buenos para “proteger, proveer y dirigir”. Esto no tiene relación con tus creencias religiosas, orientación sexual o preferencias políticas.
Si eres un hombre emprendedor, líder o simplemente un tipo en busca de potenciar su marca personal, este mensaje es para ti.
Consideremos a cualquier hombre exitoso que ha destacado en el mundo de los negocios. ¿Piensas que lo ha logrado solo gracias a su talento?
Los talentos suman, nuestros complejos, inseguridades y miedos realmente restan. Diseñar una masculinidad genuina te permite enfrentar adversidades, mantener la cabeza fría y tomar decisiones difíciles.
Y eso, es lo que poseen los hombres poderosos, aquellos a quienes cualquiera de nosotros admira, los que desearíamos en nuestro equipo.
Entonces, ¿qué puedes hacer para potenciar tu masculinidad y aplicarla en tus proyectos, emprendimientos o vida personal?
Sé un hombre auténtico
No te dejes influenciar por lo que otros puedan infravalorar sobre ser masculino. Siéntete orgulloso de ser hombre y abraza tu biología.
Fomenta equipos masculinos
Rodéate de otros hombres con habilidades que te complementen e inspiren a aprender y progresar juntos. Crea un cuartel masculino.
Enfrenta tus miedos
No escondas tu temor, alíate con él. Asume riesgos y enfréntate a los desafíos con valentía. Si te caes, te limpias las rodillas y continúas, sin lloriqueos.
Los buenos tipos son solo perdedores que no les queda más opción que agradar a los demás, igualmente perdedores, frágiles y resentidos.
Cuando leas, escuches o veas algo acerca de la masculinidad, asegúrate de que provenga de un hombre con honor, valentía, maestría y poder, no de buenos tipos que degradan su masculinidad para que alguien más ejerza su rol.
No permitas que te limiten las ideas “progresistas”, ideologías de género y palabras políticamente correctas.
Ser hombre es más que cumplir con expectativas sociales. Es abrazar tu verdadera esencia y luchar por lo que realmente te importa.
Levanta la cabeza, “protege, provee y dirige”, y sé bueno siendo un hombre; no te avergüences de ser el hombre que siempre has querido ser.
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