Cuando te vuelves un hombre sin ideas, puede que el desafío sea prender las luces para poder ver.
La sobresaturación de escombros, ideas comprobadas, malas y buenas ejecuciones anteriores te impiden mejorar.
Muchas veces lo que te imposibilita avanzar con tu negocio, proyecto, producto o marca personal, no es carecer de una buena idea, tampoco ser un hombre más inteligente, ni disponer del dinero necesario para ejecutar.
Es más, el mundo digital está lleno de buenas ideas, con una atención selectiva puedes emprender cualquier producto, servicio o negocio disruptivo.
Sin embargo, la cuestión más allá de tener algo para crear, es amar y tener la disciplina necesaria para mantener el proceso de ejecutar.
Por eso, en la mayoría de los casos no se trata de lo que te falta, sino de lo que te sobra, de lo que te estorba en la ruta y no te deja encontrar el camino para llegar adonde quieres.
Incluso, esos escombros físicos y digitales que roban tu atención y distorsionan tu realidad, no te dejan identificar siquiera, si el camino que buscas es el correcto para tus habilidades y talentos.
Entonces, antes de autoflagelarte, resignarte y conformarte con un mal negocio, cuestiona lo que te está impidiendo ver las autopistas disponibles para hombres como tú.
Para todos hay mejores opciones, te lo aseguro, solo que antes de avanzar por rutas que no sabes si explotan tu versión avanzada, despeja el camino de idiotas, contenidos basura y creencias inútiles que te fragilizan.
Con un camino despejado podrás ver por dónde es más eficiente llegar y quizá, si vale la pena o no caminar más por la vía que recorres ahora.
Cuando buscas salida en la simplicidad de tus mejores capacidades, el camino se despeja, no de todo, sino de lo que te impide avanzar.
Coméntame