Buscar la felicidad es la estupidez de nuestra generación, y el «pretexto» para comprar cosas inútiles.
Cuando lo ves como una meta, es común responder que no, porque si respondes afirmativo tu camino ha terminado.
Otra alternativa errónea es asociar posesiones con felicidad; para ser feliz debes tener esto o aquello, y está bien para las marcas que te venden productos.
Porque cuanto más compres más feliz querrás ser, y entender la fórmula como efímera, te mantendrá consumiendo.
Sin embargo, cuando ves la felicidad «comercial», como lo que es; un engaño barato que se aprovecha de tu ego y baja estima.
Podrás centrarte en permanecer alegre «con nada o con todo» porque ser un hombre feliz es una elección interior no una validación externa.
Por eso, fortalece tu valor, busca significado, mejora tus habilidades y mantente progresando y verás como dejarás de «ser feliz», para vivir contento.
Déjame un comentario