Ser un hombre inteligente va más de gestionarte a ti mismo y de ser capaz de resolver los desafíos.
Por eso, cuando asumes que precisas de más inteligencia para emprender tus proyectos, en realidad te estás castrando.
Según diferentes estudiosos del comportamiento humano, hay diversos tipos de inteligencia que te vuelven más competitivo y adaptativo en tu entorno.
Sin embargo, y a pesar de cualquier puntaje, examen o nivel que pretenda encasillarte en una categoría de inteligencia…
Hay un algoritmo poderoso que deshace cualquier predicción de tu éxito o carrera significativa, es análogo en esencia, y se llama “repetición”.
Por muy inteligente que seas, no llegarás muy lejos sin la disciplina necesaria para alcanzar tus propias ocurrencias, y si tienes como yo, o la mayoría de hombres, una inteligencia más bien promedio.
El objetivo se desvanecerá por inadecuado y no porque dejaste de intentarlo.
Muchos tipos creen que soy un hombre inteligente, y la realidad es que en lo único que me considero particular, es en mi capacidad de crear algo y no dejar de hacerlo hasta que funcione o desaparezca, llámame testarudo.
Y aunque la inteligencia también es un arma poderosa, puede que no te lleve tan lejos como la perseverancia y la disciplina.
Por eso, en lugar de preocuparte por si eres lo “suficientemente inteligente”, ocúpate de producir mejores hábitos y rediseñarte cuantas veces sea necesario.
Tal vez tu inteligencia no la puedas cambiar, sin embargo, tus hábitos son una elección, y todo lo que eliges es susceptible de ser mejorado.
Así, en lugar de autoflagelarte, aplica esa misma disciplina que tienes (para perder el tiempo) en tu desarrollo personal y profesional y verás lo lejos que estarás en pocos años.
Algo en lo que quizás el tipo más inteligente no tenga la habilidad para superar la prueba.
Deja un comentario