Cuando eres un inútil te desprecian y cuando eres un hombre más inteligente te odian, ¿entonces?
Nada peor para los hombres de tu entorno, que verte como un tipo más eficiente y que avanzas a un ritmo superior que el de ellos.
A diferencia de lo que pudieras pensar (que se alegran por tu progreso) lo que ocurre en realidad, es que tu evolución se traduce en un indicador de que ellos no han podido lograrlo.
En otras palabras; tu progreso es una alerta de que no tienen a quien culpar, más que a ellos mismos por su flojera, ineptitud y falta de visión.
Cuando eres un tipo saludable y musculoso los gordos te odian, pasa lo mismo; cuando eres rápido, inteligente y exitoso preferirían ni conocerte.
Un poco de envidia, otro tanto de resentimiento y una pizca de ego masculino, no es más.
Por eso, cuando comiences a alejarte del nivel de conciencia de tu circulo cercano, tienes dos opciones; cambiar a todos en tu entorno o en el mejor de los casos, no decir nada.
Y parte de volverte un hombre más avanzado será, volverte un poco más astuto y reservado para no herir susceptibilidades.
Pues, nadie quiere que le restriegues en su cara, que la responsabilidad de pensar diferente, accionar y lograr resultados diferentes está en su propia mentalidad, productividad y elecciones.
Recuerda esto; cuando dejas de ser un borrego los demás el lugar de ponerse felices por tu despertar, te vuelves el indicador de sus falencias más profundas, entonces, eres más odiado que admirado.
Así que si andas irrumpiendo e innovando por ahí, acostúmbrate a ser inteligente y discreto, y sobre todo, a despertar amores y odios por tu progreso.
Bien dicen; «sé más sabio que otros hombres si puedes; pero no se lo hagas saber».
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