Tu esquema te vuelve un hombre fuerte como la roca o quebradizo como el cristal, en tu caso, ¿qué te hace valorizar?
La facilidad precede a la mediocridad, y vivimos en entornos, en donde la comodidad es la cúspide del hombre exitoso.
Hoy es más fácil ser un tipo beta que uno con el que realmente valga la pena, interactuar, negociar y crear hermandad.
Y en parte, es porque ya no sabemos con quién estamos tratando, la mayoría de los hombres de miel, por temor a su cancelación, te dirán lo que esperas escuchar.
Así, estamos ante hombres con vidas y pensamientos paralelos, por un lado, está el tipo que ves en público, en redes sociales, contenidos y diferentes medios, y el que eres realmente en tu mente.
Dicen los conocedores del comportamiento humano, que el que es no deja de ser, y el que odia, te seguirá odiando—así te diga en tu cara, que te ama.
Entonces, si socialmente es mejor visto (y te traerá menos problemas) decir, que eres de tal creencia o de otra, solo seguirás la corriente para evitar la confrontación, en especial, defender ideas de las que, no estás muy seguro.
Volviéndonos cada vez tipos más frágiles y decadentes, sin una posición retadora, sin un punto de vista disruptivo, pues luego de que asumes una posición en público, debes mantener el personaje, ¿verdad?
No hay un modo correcto de ser un hombre brillante, sin embargo, sí que hay mil modos para ser un tipo frágil y desvalorizado.
Los códigos del hombre
A lo largo de los años los hombres hemos construido nuestras vidas con códigos, unas especies de guías culturales, de lo que significa ser un verdadero hombre en tu país, cultura y sociedad.
En diferentes episodios me refiero a esto como guiones, libretos y estándares sociales, que sin una interpretación consensuada o sin suficiente sustancia, pueden hundirte en lugar de potenciarte.
Gran parte de lo que oyes, lees o ves, que se ha vuelto incluso un verdadero cliché, se trata de criticar estos códigos sociales y comportamientos que te hunden en la mediocridad.
Frases como “seguir a los borregos”, “esperar la aprobación de los demás”, “vive tu propia vida y deja a los demás vivir la suya” inundan las publicaciones románticas de las redes sociales para atraer tu atención y hacerte sentir a gusto con tu inmovilidad y fragilidad.
La fachada en redes
Ahora, recuerda que una cosa es la fachada de las redes sociales en donde los hombres de cristal muestran solo una parte de su vida, bien sea para alardear, inflar su ego o venderte basura.
Por eso, cuando critico, cuestiono y destruyo la persecución de esos libretos de cristal, no lo hago con la intención de llamar tu atención o que vivas sin códigos.
Siempre mi mensaje (no es disculpa, es aclaración) es sobre construir tus propios códigos, sobre crear tu esquema, porque sin uno también estarás a la deriva, y no podrás liderar ni tus negocios, sin un libreto (un buen libreto).
Solo que estos esquemas se construyen estudiando, investigando y engendrando tu propio criterio sobre lo que significa (para ti) ser un verdadero hombre, para convertirte, en ese eje fundamental que apalanca y hace que las cosas sucedan.
Navegamos en un momento en donde pocos hombres sabemos lo que significa ser un verdadero hombre, en donde nuestros códigos se han degenerado a tal punto, que no sabemos y podemos caminar solos, si debemos odiarnos a nosotros mismos, o si podemos originar bandas.
Por esta razón, encuentras tantos mensajes de marketing sobre despreocuparte, volverte dócil, sobre extinguir los códigos de tu masculinidad y de responsabilidad en la sociedad, porque así serás más fácil de manejar, dominar e influir para venderte como a un cordero más.
Odiando tu agresividad
Así que, si te sientes como el león del zoológico, castrado, encerrado y destinado a una vida sin desafíos y retos para ser el hombre que podrías ser.
Iniciar una introspección y potenciarte para volverte un hombre autosuficiente, puede ayudarte a, no solo ser lo que realmente eres, sino explotar lo que la naturaleza te dio para liderar, proteger y avanzar.
Es más fácil caer en el error de odiar tu masculinidad, que te hagan aborrecer tu agresividad, competitividad y hacerte creer que volviéndote un tipo frágil encajarás mejor.
Piensa que la agresividad es como la inteligencia, si la usas y canalizas bien, puede abrirte el mundo entero. Así como puedes emplear tu inteligencia para construir una vida significativa, ayudar a otros y dejar una huella positiva en los demás.
También pudieras utilizarla para la corrupción, el engaño y la estafa, luego entonces, tu inteligencia puede ser igual o peor que la agresividad aplicada de un modo incorrecto.
En consecuencia, la próxima vez que sientas que están intentando escindir tu agresividad de tu masculinidad, reflexiona:
- ¿Estoy siendo suficientemente agresivo en mis estrategias?
- ¿Estoy poniendo toda mi fuerza bruta en mis entrenamientos?
- ¿Estoy explotando mis herramientas actuales?
- ¿Estoy siguiendo a los referentes correctos?
- ¿Estoy construyendo los edificios convenientes?
Sé que algunas preguntas serán ambiguas, la cuestión es que te ayuden a entender que cuando pretendes bloquear lo que la naturaleza te dio a través de tu fantástica biología, luego, más adelante, y de un modo inesperado se abrirá paso.
Y entonces, en lugar de ser un hombre victorioso, robusto e inteligente, pasarás a ser bruto y primitivo, que también es tu elección, si es lo que quieres, aunque las preguntas que debes responderte son:
¿Cuál hombre prefieres ser?, ¿con cuál versión de ti mismo llegarás a donde quieres llegar?, ¿con cuáles tácticas, estrategias y acciones podrás alcanzar tu verdadera masculinidad?, y sobre todo, ¿cómo aprovecharás tu poder para brillar e iluminar más?
Tu marca personal masculina es la suma de todos estos cuestionamientos, y dependiendo de lo que eres, muestras e impactas a los demás, serás, un tipo frágil con el que nadie quiere hacer negocios, o, por el contrario, uno por el que, los adecuados, estén dispuestos a pagar mucho más.
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