Cuando desconoces tu «valía» dejas que otros determinen tus habilidades, capacidades e inteligencia.
Nada peor que el rechazo, va directo a tu autoestima, y te erosiona hasta volverte un pelele de tu entorno por el terror a ser repudiado nuevamente.
Se vuelve un círculo patético en donde vas cediendo tus valores para ser aceptado, y es lógico, piensas que validado es «normal» y quieres ser cualquier cosa menos un bicho raro, ¿o no?
La cuestión es que con el paso de los años te pierdes en ese maldito complejo de «camarada» y no puedes ver que seas lo que seas más adelante encontrarás a otros que te aceptarán por tu valor real.
La reafirmación de tu devaluación
Te digo esto porque, verte a la mitad del camino con problemas de autoestima es más deprimente que la sensación de desconocer tu valor.
Y si has tenido parejas y amigos psicópatas, vas empeorando con los años, a tal punto, que desconoces quién eres en realidad.
Una ignorancia que no discrimina defectos de virtudes, errores de aciertos y debilidades de capacidades.
Causándote una vida de consumismo, placeres vacíos, y todo tipo de libretos pendejos personales y profesionales que al final solo alimentan un odio y resentimiento oculto.
El valor real de un hombre
Está fuera de tus características socioeconómicas, y no digo que el dinero no importe, no me mal interpretes, todo es mejor teniéndolo, ¿verdad?
Lo que pasa es que solo importa hasta que eres autosostenible, de allí en adelante su valor intrínseco cae en picada sin un propósito y sin saber qué puedes hacer por otros.
Si la masculinidad está relacionada con el coraje, la protección, el riesgo y la gestión de tu grupo, entonces, ¿con qué está conectado tu valor?, ¿cuánto vales como hombre?
Yo tengo mi punto y no quiero decirte que sea ley, sin embargo, puede aportarte.
Nuestro valor tiene dos dimensiones, una interior y otra exterior, y aunque las determinan diferentes entes, al final, deben coincidir para confirmar su coherencia y validez.
Las dos dimensiones de tu valor
Es como el concepto del éxito, una cosa es lo que significa para ti ser un hombre exitoso y otra —coincida o no— es lo que piensan tus amigos que es serlo.
El escenario interno, está tu autoconocimiento, lo que eres y lo que puedes dar para ti mismo y luego para los tuyos, es como el ejemplo del avión, te pones a salvo con el oxígeno, y luego ayudas al compañero.
Aquí entran las habilidades, destrezas, todo lo que se te da bien, o que se te daba bien y dejaste de hacerlo por no parecer un tipo raro.
Luego aparece el marco externo; es como te ven las personas con las que te relacionas, ¿te admiran?, ¿te ven como un fracasado?, ¿eres importante para ellos?, ¿te demuestran amor?
Tu entorno, lo creas o no tú lo eliges, y a veces crees que es inamovible y te quedas en ambientes venenosos por pura y literal pereza de moverte.
Y como esto es cíclico, entonces, recibes señales constantes de que eres un tipo promedio, y allí te quedas, sin dar más, sin hacer más, sin incomodarte más.
Deshazte de los agentes
Yo he estado en esos ambientes virulentos, en donde es tóxico resaltar y lo mejor es darte de baja.
Porque lo que define el valor de un hombre; está relacionado con tu autovalía, si tú crees que no vales; no valdrás ni hoy ni mañana.
La confirmación de los otros es secundaria, tu valor viene de tu capacidad de gestionarte a ti mismo, auto regenerarte y lo que puedes hacer con tu pasión por progresar.
Entonces, deja de preocuparte por tu cotización en esa bolsa decadente, y más bien:
Céntrate en explotar lo que tienes dentro y valídalo tú mismo encandilando a los que no pueden ver con tu marca personal.
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