Lo opuesto es voluntario, consciente, deliberado, y se relaciona con la «intención» de tus acciones.
Está bien apoyarte en el conocimiento colectivo para no inventar lo que ya existe, sin embargo, para ser un hombre disruptivo, debes irrumpir.
Aplica para tu negocio, marca y entorno personal, si no te incomodas o incomodas, apenas brillarás, y un tipo estándar no interesa.
llévalo a tus productos y servicios; sin una conciencia superior a la de tus clientes, ¿cómo podrás ayudarles?
Para crear algo por lo que valga la pena pagar más, tienes que observar mejor que el hombre ordinario, y crear lo que identifiques necesario.
Entonces, rompe el automatismo, y cuestiona más, investiga más, intenta más y verás como aumentarás las posibilidades de crear algo valioso para los demás.
Si te empeñas en igualarte borrando tu diferencial, te costará prosperar y tu valor siempre estará por debajo del umbral.
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