Primero fácil, luego desafiante ¡Divide para ser gigante!
Cuando se trata de cambios, y mejoras en tu productividad personal, la magnitud de la tarea determina el resultado.
Odias tu rendimiento y quisieras disponer de más tiempo para, ¡qué sé yo!, la cuestión es que siempre estás ocupado, y nada avanza como quisieras.
Intentas mejoras, nuevos dispositivos, cursos avanzados, otras apps de productividad, haces cambios aquí y allá y no ves resultados.
Puede ocurrirte, que es demasiado lo que quieres de hoy para mañana, y cuando la tarea es mayor que tu capacidad de resolverla te sientes un hombre inútil.
Otra causa, es el ansia de abarcar, como si hacer más fuera un indicador de progreso, y aunque en casos puntuales lo sea, si no tienes tiempo para vivir, de nada te servirá la abundancia.
Entonces, si rindes por debajo de tus capacidades y estás fuera de curso, esto te servirá para aprovechar mejor tu tiempo productivo.
3 ciclos para retomar el control como un hombre prémium
- Reconocer
- Reducir
- Repetir
Reconocer
Vuelve consciente lo que debes mejorar, parece obvio, aunque en la práctica no lo es, fíjate en lo que dices o piensas: debo rendir más, quiero tener más tiempo o quiero rentabilizar más mi marca.
Y en su lugar no dices; tengo que reducir tres horas de mensajerías, o necesito hablar cuatro horas menos por teléfono a la semana. Primero lo haces consiente, cuantificable y luego ejecutas acciones, ¡antes no!
Reducir
Si quieres cambiar el resultado debes cambiar la acción que lo genera. Y para aprender una nueva forma de accionar tienes que ir por pasos, descomponiendo la tarea hasta dominarla y volviéndola fácil de ejecutar.
Hasta lo que hoy ves más difícil se volverá sencillo en pequeños pasos. ¿El cambio es enorme?, divídelo en tareas de una hora, diarias, consecutivas y rápidas, no te quedes como tortuga porque te aburrirás y nada emocionante resultará.
Repetir
Aunque la clave de volverte un gigante en tu productividad está en dividir para dominar y hacerte un hombre más inteligente, lo vuelves un hábito con la repetición.
Deja de dar vueltas, centra tu esfuerzo en ejecutar la pequeña tarea. Cuando sea un hábito automático, le subes el nivel para avanzar volviendo al primer ciclo, y así repites y comienzas de nuevo, de eso se trata progresar.
Lo contrario es conformarte con tu ineficiencia y morir en el intento.
¿Qué puedes hacer ya?
- Cuando sabes lo que debes intervenir, te es más fácil actuar, entonces reconoce con datos en donde fallas, y pasa al siguiente ciclo.
- De tus horas productivas, ¿cuántas dedicas a ser improductivo por servirte más de lo que puedes tragar?, resta antes de sumar, incluyendo a los demás.
- Y por último, si ves los hábitos de alto rendimiento como algo negativo, piensa que todo lo que haces hoy es igual de repetitivo, solo que no te lleva a ningún lugar, así que retrocede para progresar.
No se te olvide:
Primero fácil, luego desafiante ¡Divide para ser gigante!
Renzo D’Angelo
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